viernes, 2 de noviembre de 2007

EL PLAGIO EN EL AULA

El plagio se constituye en uno de los principales problemas de la educación en Colombia. Si repasamos nuestra historia personal en las aulas podemos recordar cómo las principales tareas que nos imponían los maestros de esa época empezaban con el lujoso, pero mal empleado, título de "INVESTIGACIÓN".
Recuerdo que nos ibamos para la biblioteca, allí nos ayudaban a buscar en un libro y nos decían desde dónde teníamos que copiar; al día siguiente llegábamos al salón muy orgullosos porque habíamos hecho la "Investigación", mientras que otros, más perezosos aún, la copiaban antes de entrar al aula. Lo cierto era que la mayoría de las veces todo el grupo presentaba varias hojas con el mismo contenido, pero sin entender ni una palabra de lo que habían escrito, aunque lo peor de todo era que todos sacábamos buena nota.
Tiempo después los profesores se percataron que las famosas Investigaciones, no lo eran sino de nombre, por lo tanto quisieron hacer un cambio: Ya no exigirían Investigaciones, sino "CONSULTAS", (Como la mayoría de las reformas en Colombia, sólo se cambió el nombre, pero el problema siguió siendo el mismo).
Nuestra generación fue víctima de un sistema donde se privilegió la Copia por encima de la Creación, y donde se le daba más importancia a la memoria que a la creatividad. No aprendimos a leer y mucho menos a escribir porque estábamos ocupados repitiendo como loros, datos e informaciones que nada significaban para nosotros.
Hoy en día nuestros alumnos, con menos interés por el estudio y con más herramientas para buscar el lado facilista de las cosas, intentan solucionar todos sus problemas escolares por medio del Internet, pero esto puede ser peor, porque así todo el trabajo de búsqueda de información lo hace GOOGLE, o algún sistema similar, limitándose el estudiante a Copiar y Pegar, o a imprimir documentos enteros, sin ni siquiera leerlos.
Pero entonces de quién es la culpa del constante plagio de nuestros estudiantes:
¿De los nuevos avances tecnológicos, como el Internet?, ¿De los estudiantes facilistas?, ¿De los profesores que no concertamos trabajos significativos para nuestros estudiantes?, ¿Del sistema educativo colombiano que admite que muchos estudiantes sean promovidos al grado siguiente, aún después de haber reprobado cuatro o cinco áreas?...
En mi opinión, todos y cada uno de los actores del sector educativo tenemos algo de culpa, pero considero que estamos a tiempo de aportar algunas soluciones desde el sector que nos corresponda. Por ejemplo, en mi papel de profesor de Lengua Castellana de una institución de básica, empleo algunas estrategias como las siguientes:
Procuro que la mayoría del trabajo lo realicen los estudiantes dentro del aula, pero no para vigilarlos, sino para acompañarlos.
Los temas de consulta son pocos, pero cuando los hay, se deben sustentar para tratar de superar el Copio y Pego.
Trato de evaluar más que contenidos, las Competencias, es así como nunca preguntaré, por ejemplo, ¿Cuáles son las clases de narradores?, sino que los motivaré para que escriban cuentos utilizando los diversos narradores.
De todas maneras el camino es arduo, porque es difícil luchar contra una mentalidad que privilegia la ley del menor esfuerzo, pero de esto se trata nuestra labor. Motivemos entonces a nuestros estudiantes a crear sus propios escritos, ayudemos a corregirlos, busquemos los medios para darlos a conocer, demostremos que sus escritos valen la pena y que son mucho más valiosos que cualquier idea "robada" a otro autor.

Carlos Alberto Ramírez Ríos

Atención: Se recibe con agrado tus aportes y comentarios.